Verano, quédate
Pisto, oído, vivido durante este verano. Vivimos momentos felices, sensaciones amargas y despedidas eternas. Bailamos, cantamos y actuamos creyendo que estábamos en Hollywood. Seguimos avanzando con los días. Fuimos los primeros en recorrerse el mundo entero para ver que el sol seguía brillando. Me di cuenta de las amistades que valen oro, de que el amor puede ser incondicional, y que puede cambiar.
Asistimos al concierto de nuestro cantante favorito. Y juntos vivimos ese recuerdo que nunca se nos iba a borrar. Cantamos como locas esa canción, sabiendo su significado. Disfrutamos como niños, y nos dimos cuenta que esa sensación de volar, de sentirse libre, con poder. Solo es cosa de jóvenes.
Descubrimos cientos de lugares especiales, que los hicimos nuestros.En los que nos pasamos las tardes al sol como lagartos y en el agua como peces. Volamos desde las rocas y sentimos la caída libre directa al agua. Éramos la resistencia.
Presenciamos cientos de peleas entre amigos, que no debían de haber pasado. El verano que más me marcó, me di cuenta de que mucha gente te quiere ver bien, pero pocos mejor que ellos. Que por degracia hay gente que hace las cosas con malas intenciones, retorcidas, llenas de basura. Y es triste por ellos.
Pasamos las mejores semanas del año, con las fiestas del pueblo, con personas nuevas, que en poco tiempo son las que demuestran todo, las personas que toda su energía te la pasan a ti. Salimos hasta las tantas y nos dimos cuenta de lo felices que éramos.
Volvimos a creer en el amor, las mariposas de la tripa resucitaron y los ojos volvieron a brillar más fuerte. Descubrimos que después de lo peor siempre llega el verano, o un niño alto con complejo de payaso y te cambia tus planes.
Salimos más de 3 veces de casa en ese mismo día. Esa du ha después de la playa. Con la piel llena de salitre. Cenar rápido y bajar con tus amigos a las fiestas, esa semana en la que no hay descanso y lo exprimimos al máximo.
Recordamos todos los días de ese verano como sería el invierno y como nos sentaría la vuelta a clase. Hablamos hasta las seis de la mañana susurrando, de nuestros problemas. Nos reímos todos. Nos sentimos libres, fuertes. Era el efecto Agosto.
Agradecimos todo lo que nos enseñó el verano de 2023. Las personas que no resultaron ser transparentes, que engañan y retuercen las cosas. También descubrimos a gente llena de amor y de felicidad, especiales. Vivimos confusiones y dudas, que al final del verano, quedaron más que claras. Ojalá Verano, no acabaras nunca.
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